“Detente, sombra de mi bien esquivo”

- Sor Juana Inés de la Cruz

Victoria Pont
12 min readJan 27, 2023

COMENTARIO DE TEXTO

Entre los mejores sonetos de poesía barroca en lengua española se encuentran los de Sor Juana Inés de la Cruz (1648–1695), escritora novohispana mexicana de familia criolla acomodada con grandísimo talento desde su infancia. Como defiende la Doctora en Literatura Hispanoamericana, catedrática en el Departamento de Literaturas Hispánicas y Bibliografía de la Universidad Complutense de Madrid, Esperanza López Parada, Sor Juana es una de las figuras más asombrosas y más complejas del siglo XVII en español. Esta mujer, erudita, sabia y con un afán infinito de saber, es la autora del soneto que vamos a analizar. De nombre original Juana Inés de Asbaje Ramírez de Santillana, nació como hija ilegítima, pero fue ascendiendo en la jerarquizada sociedad del virreinato de España en México gracias a su intelecto y ganas de saber. Más tarde, pasaría a ingresar en un convento como monja, para poder así continuar con su forma de vida volcada en el estudio y el conocimiento. En 1689, la Marquesa de Paredes se ocupó de publicar en Madrid la obra Inundación castálida, los escritos completos de Sor Juana; lo que constata que la marquesa sentía gran admiración por la obra de la monja y supo apreciarla. De este modo se dieron a conocer en la península todos los poemas de Sor Juana que ya la habían consagrado en México.

La poeta es una figura considerada como la única mujer polímata en lengua española, y en específico del barroco, sobre todo si tenemos en cuenta las múltiples actividades a las que se dedicó. Como explica López Parada en dos conferencias en la Fundación Juan March, Sor Juana es la encarnación viva del siglo XVII con todos sus claroscuros, representa al barroco desde las definiciones más clásicas hasta las más innovadoras. Por añadidura, la erudita de la obra de Sor Juana, Georgina Sabat Rivers, va más allá y sostiene:

“En la alta cultura del medio ambiente en que escribía, era la poeta que mejor dominaba el canon poético de la época, y esto incluye a la poesía que venía de ultramar; sabía de la imitatio y de la superación de los grandes poetas masculinos según se venía practicando pero, su imitación no fue nunca servil, los alteraba con una maestría independiente y conocedora, adoptando lo que mejor convenía a su personalidad y a su sociedad novohispana de letrados grandes y pequeños”.

Entre los géneros barrocos que abordó, vamos a centrarnos con este soneto en sus poemas dedicados al tema del amor. Este escrito en específico habla de un motivo común que probablemente la mayoría de enamorados ha experimentado alguna vez: el amor no correspondido. Uno puede preguntarse en este punto, ¿qué puede saber una monja sobre el sufrimiento de un enamoramiento unilateral? Es un extraño ejercicio literario para una religiosa escribir sobre amor; pero es que ella era mucho más que eso y tenía un bagaje intelectual profundo e inmenso. Solo basta decir que empezó a leer y a escribir a los 3 años y a los 8 compuso una loa bilingüe a la eucaristía. Con todo, muchos estudiosos de la obra de sor Juana se preguntan sobre el origen y el porqué de la temática amorosa en sus sonetos. ¿Por qué escribe versos de amor? ¿Representan un amor real que tuvo antes de entrar en el claustro o son meros ejercicios retóricos? La poesía amorosa, como este soneto de Sor Juana, ha sido objeto de especulaciones, sobre todo porque los lectores se preguntan a quién ama la autora. Para este análisis nos apoyamos en las meditaciones del Premio Nobel de Literatura, Octavio Paz, quien sostiene que la obra de la monja, en efecto, es siempre biográfica pero con la particularidad de que la vida para Sor Juana se compone también de lo fantástico, lo irreal, lo fabulado. Es decir, lo que llamamos experiencia para Sor Juana abarca lo real y lo soñado. En una conferencia en la Universidad del Claustro de Sor Juana, Paz sostiene que en la poesía amorosa de Sor Juana aparece la figura del fantasma, que representa al amante y es siempre una figura producida por la mente. Por lo tanto, no sabemos si Sor Juana tuvo experiencia del amor, pero lo que sí podemos decir es que poseé un conocimiento retórico del amor y lo utiliza para crear composiciones magistralmente bellas como el soneto que analizamos. Este conocimiento de la experiencia amorosa puede haber venido de influencias en la literatura anterior que estudia la poeta. Según Octavio Paz, “Sor Juana recoge la tradición heredada del amor cortés”, de la relación de vasallaje entre el hom y la midons, ese lenguaje de superior a inferior para hablar en el amor. Además, Paz también sostiene que hereda la tradición de Petrarca y la corriente del Neoplatonismo y recoge, con otros ejemplos más, lo mejor de la tradición peninsular.

Conociendo las influencias y los porqués en el tema del amor, volviendo a la idea esencial del texto, vemos como con gran fuerza expresiva la voz poética nos guía a lo largo del soneto, interpelando a un amante ausente cuya presencia fugaz llena de angustia a la enamorada. El poema plantea que al amar no hacemos sino desear fantasmas, realidades huidizas que escapan en dirección contraria a aquella que ama. Ante esta situación de ansiedad y sufrimiento, el soneto empieza con un claro “Detente” dirigido al ser amado escurridizo, que es una “sombra” más que una persona como tal. Algo aparente pero no patente, que aún así la tiene hechizada. Es todo una ilusión, una dulce ficción. Pero la amada es atraída como el acero es captado hacia un imán, inminentemente y sin cuestionamiento. La voz poética se queja de su situación y la denuncia, se pregunta para qué sirve esta sumisión si el amado es un fugitivo. Esta controversia de una situación insostenible queda resuelta de una forma contundente y sumamente original en los tercetos finales; donde queda constancia de que la imposibilidad de estar junto al amado por su vertiente huidiza no importa, no es un freno para la potencia de la mente que puede aprisionar al amado. Sor Juana hace hincapié en que la mente es capaz de lograrlo todo, incluso de aprisionar al amado que nos rechaza. Es decir, la imaginación puede burlar el lazo estrecho que intentamos tender con el amado para aprisionarlo y reducirlo al recurso mental de la fantasía. La materia puede faltarnos, pero la imaginación puede suplirlo todo. Puede que el amado huya, pero podemos seguir amándolo en nuestros sueños. Resulta muy curioso que para Sor Juana la sede del amor en este poema no es ya el corazón, sino ese poderoso órgano de cuyo ejercicio ella hacía gala: la mente.

Entrando en cuestiones técnicas del poema, es importante recalcar que Sor Juana se sirve de un soneto para conseguir transmitir su mensaje desde la estructura de la obra. Este soneto está compuesto por catorce endecasílabos que se organizan en cuatro estrofas de las cuales dos son cuartetos y dos tercetos. Emplea una rima consonante de patrón ABBA ABBA CDC DCD que aporta musicalidad y armonía a la entonación del poema. Es una obra muy premeditada y trabajada, hecho que hace que roce unos niveles de perfección estética que aporta levedad y fluidez a los versos. Sor Juana hace que parezca fácil narrar como ella. Su maestría está clara con esta estructura, digna de admiración por parte de Giacomo da Lentini, el mismísimo creador de la composición poética en soneto. En cuanto a la forma en la que están organizados los componentes del texto, vemos que hay dos partes formadas por el uso de dos tonos muy diferentes: en primer lugar separamos los cuartetos, que presentan un aura descriptiva de la sumisión que siente la enamorada y el punto de inflexión cuando se plantea la pregunta de por qué tiene que sufrir así; y por otro lado, los tercetos con un tono más desafiante y de fuerza de la enamorada frente al amado.

Para llevar a cabo un análisis detallado del estilo que utiliza Sor Juana para dar forma a la idea principal y transmitir el tema preciso, pasemos a reflexionar verso por verso en un desglose del soneto.

Detente, sombra de mi bien esquivo,

imagen del hechizo que más quiero,

bella ilusión por quien alegre muero,

dulce ficción por quien penosa vivo.

En el primer cuarteto, comenzamos con una petición brusca que solicita un detenimiento. La voz poética le pide a la “sombra” (personificada como el amante) que ponga fin a una situación que no lleva a ninguna parte. Los dos primeros versos están cargados de tremenda vivacidad y sentimiento. Las palabras «sombra», «imagen», «ilusión», «ficción», son utilizadas en el primer cuarteto para dirigirse al ser querido. La especializada en literatura Georgina Sabat de Rivers, define estas palabras usando el Tesoro de la lengua castellana o española de Sebastián de Covarrubias:

«Sombra» (de umbra), vale asimismo por espectro o fantasma, que se percibe como sombra. «Imagen» (de imago) es «figura, representación, semejanza y apariencia de alguna cosa». «Ilusión» (de illusio), engaño, falsa imaginación, engañosa aparición. «Ficción» o «ficción» (de fictio) es «simulación con que se pretende encubrir la verdad o hacer creer lo que no es cierto».

Georgina Sabat de Rivers apunta cómo estos mismos tópicos que juegan con el concepto de las apariencias se habían visto en autores anteriores a Sor Juana; como es el caso de Calderón, otro poeta barroco como ella: «Adorando estoy tu sombra, / y -a mis ojos aparente- / por burlar mi fantasía / abracé el aire mil veces»; y del mismo: «donde hubo el “Detente, espera, / sombra, ilusión! […]”». Lo original en Sor Juana es cómo ahora el yo lírico es la amante y no el amado que se escapa. En este poema se ejemplifica que la autora siente una afición por la tradición poética que consiste en los enredos amorosos. Su producción en esta temática circula entre polos opuestos: el ocultamiento y revelación, lo que quiero y cuanto más lo quiero más se escapa. Este tipo de dualidades, como apunta López Parada, son muy reconocibles en este soneto, donde se puede articular esa presencia y ausencia como dos caras de una misma moneda que mantienen alternancia en su oposición. Sor Juana se sirve en estos primeros versos del uso de paralelismos propio del barroco y también de la contraposición de conceptos a través de la figura retórica del oxímoron “alegre/muero y penosa/vivo”. Utiliza estas figuras para apelar a la amargura de vivir sin ser correspondida por tu amado. Plasma a su amor por medio de los claroscuros. El amado es una presencia que incita, dando esperanzas a su enamorada no correspondida. Un contraste de imágenes, presentes, y bellas ilusiones porque realmente no está presente. Es una dulce ficción la que sigue la amada.

Si al imán de tus gracias, atractivo, 5

sirve mi pecho de obediente acero,

En los primeros dos versos del segundo cuarteto, Sor Juana se sirve del símbolo del imán como una metáfora de la atracción irremediable que crea el amor por alguien. El acero es totalmente sumiso al imán, tal y como la enamorada es sumisa al amado. Con este fragmento constata la realidad de la enamorada. La autora utiliza además la figura retórica del hipérbaton, alterando el orden convencional de la sintaxis de la oración, para dotar al texto de expresividad y a la vez imprimir cierta extrañeza, intriga o profundidad al lenguaje.

¿para qué me enamoras lisonjero,

si has de burlarme luego fugitivo?

En los siguientes dos versos del cuarteto Sor Juana introduce la figura literaria de la pregunta retórica. Después de haber expuesto la atracción sin igual e imposible de esquivar que atrae a la enamorada a su amado, la voz poética se planta y se pregunta para qué sirve toda este hechizo bajo el que la tiene si luego desaparece. Aquí es donde el demandante “Detente” inicial cobra mucho más sentido. Es un reproche, un “deja de enamorarme con tus formas aduladoras, si finalmente has de burlarme y huir”. Según el Tesoro de la lengua castellana o española, un hombre de burlas es un hombre con poco valor. El yo lírico se da cuenta entonces del juego de mal gusto en el que se encuentra y contesta con un tono totalmente distinto en los tercetos.

Mas blasonar no puedes, satisfecho,

de que triunfa de mí tu tiranía; 10

que aunque dejas burlado el lazo estrecho

que tu forma fantástica ceñía,

poco importa burlar brazos y pecho

si te labra prisión mi fantasía.

Ahora, con voz irónica, con un tono ya no de sumisión como el de antes sino de desafío y valentía, la enamorada se vanagloria de que el amante no puede jactarse triunfante de ignorarla y dejarla en pena. Aunque se burlaba mientras ella pensaba, fantasiosamente, en el lazo estrecho que su forma ceñía; ella ya se ha dado cuenta de que eso poco importa. La voz poética se da cuenta en este final de que el contacto físico no es lo primordial si el no quiere dárselo. Poco importa también la obediencia con la que tenía hechizado el pecho de la enamorada, poco importan el burlar los brazos de su amor. Poco importa porque le “labra prisión mi fantasía”. Con este verso final, Sor Juana constata el poder de la mente con un “de mi imaginación no te escapas”. Es la mente quien recrea el amor y con ello, podemos amar en nuestro sueño, en nuestra ficción. Parece que el yo lírico esté dando una lección. El ser querido no puede hacer ostentación de que triunfa su juego. Como apunta Georgina Sabat de Rivers, “tu tiranía amorosa no triunfa de mí porque, aunque huyas, mi Fantasía te atrapa a pesar de ti; es la posesión imaginaria del ser amado”. La mente de la enamorada le ha labrado una prisión, “estableciendo de esta manera, una relación estrecha entre los sentimientos amorosos y las facultades mentales”. Por mucha distancia que haya entre ellos, el pensamiento le atrapa. Este final tan original, reúne una serie de características ligadas a la poeta que reflejan los rasgos primordiales de la personalidad de su obra. El hecho de que la amada cuente tan solo con la voluntad propia del yo poético y no la del amado es, como sostiene Georgina Sabat de Rivers, “reflejo, no solo de su orgullo de mujer intelectual que es capaz de idear tan tremendo empeño a través de una erudición alcanzada por su propio esfuerzo, sino de mujer simple y llana que busca medios para escapar de la «tiranía» de un amor escurridizo y «burlar» al amado «fugitivo»”.

Como conclusión, ante el análisis e interpretación del soneto (de la mano de los estudiosos más conocidos de la obra de la poetisa) podemos decir que este muestra la importancia y trascendencia que le daba Sor Juana al poder de la mente por encima de todo. La autora muestra entre las líneas de estos versos su confianza y seguridad en sí misma y en su intelecto. Con un punto de vista muy personal, Sor Juana mantiene los conceptos ortodoxos tradicionales de la poesía amorosa provenzal y petrarquista y se nutre del estilo barroco de la península con su compleja realidad subjetiva. Como sostiene Georgina Savat de Rivers, en los poemas de Sor Juana “el entendimiento del amor reside en la cabeza, pero se resuelve también de modo funcional basado en vivencias propias o ajenas, expresándose de modo nunca vulgar pero sí -en la mayoría de los casos- comprensible para el mundo medio de su época”. La voz que habla en este soneto, a través de la habilidad creadora de la mente, lleva a cabo un ejercicio poético con mucha expresividad ideado para asombrar al lector. A través de su agudeza mental y su conocimiento profundo de la poesía, Sor Juana reinventa y mantiene vivo este arte en su época y por eso es categorizada como crisol de toda la poesía barroca. Valiéndose de una extensa y rica tradición literaria, por medio de su mente privilegiada, Sor Juana llega a nuevos apogeos en la poesía difíciles de superar y que por ello le han otorgado la fama de una de las más grandes mujeres de la historia de nuestra literatura.

Referencias

Canal Televisa. Programa perteneciente a la serie Conversaciones con Octavio Paz sobre La persona y la obra de Sor Juana. Presentado en la Universidad del Claustro de sor Juana; emitido en 1984. Participan: Georgina Sabat de Rivers, Héctor Tajonar y Octavio Paz. <https://www.youtube.com/watch?v=X226TRALtWw&ab_channel=ZonaPazOctavioPaz>

De Covarrubias Orozco, Sebastián. Tesoro de la lengua castellana o española. 1611. <https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/del-origen-y-principio-de-la-lengua-castellana-o-romance-que-oy-se-vsa-en-espana-compuesto-por-el--0/html/>

García Gonzalez, Ramón. Sonetos. Sor Juana Inés de la Cruz. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. 2006. <https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/sonetos--2/html/>

López Parada, Esperanza. Conferencia para la Fundación Juan March. Sor Juana Inés de la Cruz: su vida, su obra, su tiempo. 26 de mayo de 2011. <https://canal.march.es/es/coleccion/sor-juana-ines-cruz-su-vida-su-obra-su-tiempo-sor-juana-ines-cruz-39366>

Méndez Plancarte, Alfonso. Obras completas de Sor Juana Inés de la Cruz, 4 tomos. Lírica Personal. Editorial Fondo de Cultura Económica. México. 1951

Sabat de Rivers, Georgina. Veintiún sonetos de sor Juana y su casuística del amor. 1995. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. <https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/veintin-sonetos-de-sor-juana-y-su-casustica-del-amor-0/html/30ed4dee-44ae-438c-8caa-9327ca1791ee.html>

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Victoria Pont

Journalist and Humanities and Cultural Studies graduate